Tenemos que entender de mecánica aplicada, cirugía laparoscópica, fútbol americano y leyes laborales de Kyrzbekistan. (Como no teníamos nada que estudiar en la facultad, nos distraíamos con textos de derecho, ingeniería y revistas especializadas de todos los temas.)
Mito 10
Trabajar en forma independiente no es un empleo. (“¿Trabajás desde tu casa? ¡Qué suerte!” Claro, fue suerte: no tuvieron nada que ver los años de lucha para ganarme una reputación y ahora poder trabajar unas 12 o 14 horas al día, en pantuflas, eso sí.)
Mito 11
Nuestro trabajo no cansa. (“¡Si estás todo el día sentado...!” Te regalo mis problemas de cervicales, el dolor de cintura, la mala circulación de las piernas y la vista gastada).
Un buen traductor no necesita diccionario. (Es cierto. No necesitamos UNO, necesitamos diccionarios, en plural.)
Mito 13.
Traducir e interpretar son lo mismo. (Como si fuera igual estar frente a la compu, con todos los recursos a mano y el tiempo calculado, que estar ante un público que no es el tuyo sino el del interpretado, no tener diccionarios ni nada para consultar y encima tener que hablar. YA.)
Mito 14.
La carrera de traductor lleva un par de años y se estudia en algún instituto terciario. (“¿Cuántos años decís que te llevó recibirte? ¿Y por qué te retrasaste?”)
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