Traducciones
Siempre le pasaba lo mismo. Cuando alguien traducía uno
de sus poemas a una lengua extranjera (al menos, de las que él conocía), sus
propios versos le sonaban mejor que en el original. Por eso no le sorprendió
que la versión francesa de su poema “El tiempo y la campana” le pareciera
estupenda, grácil, sustanciosa.
Dos años más tarde, un traductor italiano, que no sabía
español, tradujo aquella versión francesa, y aunque él nunca había sido
partidario de las versiones indirectas (no olvidaba, sin embargo, que muchos
años atrás había conocido a través de ellas a Tolstoi, Dostoievski y también a
Confucio), disfrutó grandemente de su poema “in italico modo”.
Transcurrieron otros tres años y un traductor inglés,
que, como la mayoría de los traductores ingleses, no sabía español, se basó en
la versión italiana, basada a su vez en la versión francesa. Pese a tan lejano
origen, fue la que mayor placer le produjo al primigenio autor hispanoparlante.
Sólo le asombró un poco (en realidad, lo atribuyó a una errata de tantas) que
esta nueva versión indirecta se titulara “Burnt Norton” y que el nombre del
presunto autor fuera un tal T. S. Eliot. Sin embargo, le gustó tanto que
decidió encargarse personalmente de traducirla al español.
Mario Benedetti, en Despistes y Franquezas, Cuentos Completos (Ed. Seix Barral 1994, p.497)
Mario Benedetti (uruguayo, 1920-2009), se describía como un
poeta que también escribía cuentos y novelas. La versión cinematográfica de La
tregua (1960), su novela más notable, fue nominada al Oscar en 1974 y se
ha traducido a 19 idiomas. Publicó más de 80 libros y obtuvo muchísimos
premios.
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