Cuando
era chica y el cielo se ponía rosado, se decía “rosso di sera, buon tempo ti
spera” (aunque mucha gente dice “rosa
di sera...”, tal vez porque no saben italiano o porque en realidad el cielo se
pone más rosado que rojo). El refrán completo en italiano es:
Rosso di sera buon tempo si spera, rosso di mattina maltempo si avvicina.
Pero...
me pregunto, como siempre: ¿de dónde proviene la frase?. Su equivalente en inglés es:
Red sky
at night, shepherd's delight; red sky in the morning, shepherd's warning.
(o también: Red
sky at night sailor's delight, red sky at morning sailor's take warning).
Tanto
para pastores como para navegantes, sin televisión ni internet, era importante hacer
un pronóstico rápido para saber cómo sería el día siguiente. Como es obvio, se
sospecha una transmisión oral de la frase, antes de que se la registrara en
papel. La primera versión escrita que se conoce es de la Biblia Wycliffe
(traducción realizada por el filósofo, teólogo y traductor John Wycliffe,
precursor de los protestantes, en el siglo XIV). Luego aparecen otras
versiones, incluida una de Shakespeare, de 1593.
¿Y qué
justifica esta predicción? La explicación más simple es que cuando vemos nubes
al atardecer, estarán en el este (donde se pone el sol) y si los vientos provienen
del oeste, quiere decir que son nubes que han pasado, que se están alejando, lo
que justifica la probabilidad de que el nuevo día tenga un cielo claro y buen clima.
Es un
pronóstico sumamente precario, similar a creer que cerca del 30 de agosto habrá
un temporal (la tormenta de Santa Rosa*). Estamos en la fecha...
*Leyenda de la tormenta de Santa Rosa (Wikipedia)
En 1615 en la “Ciudad de Los Reyes” (Lima) una religiosa
llamada Rosa –(Isabel Flores de Oliva, 1586-†1617)– encabezó una rogativa desde
una iglesia, ante el posible desembarco de piratas holandeses que ya habían
asaltado el puerto vecino de El Callao. Sin previo aviso, una gran tormenta
impidió que las embarcaciones se acercaran a tierra y así, la ciudad de Lima
quedó salva. Los creyentes comenzaron a atribuir la presencia de la tormenta y
la huida de los piratas al poder místico de Rosa.
La leyenda se popularizó en Argentina, con gran fuerza en la
zona del Río de la Plata, en Córdoba y en la región de Cuyo. La capital de la
Provincia de La Pampa lleva su nombre. Es una región realmente seca, y es muy
poco frecuente que la tormenta (muy benéfica allí) se produzca.
Según los meteorólogos el evento no tiene la certeza que el
imaginario popular le atribuye, e imputan su ocurrencia al choque de los
primeros vientos cálidos con los frentes fríos producto del acercamiento de la
primavera.
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